Dimanche sans fin

Desde su inauguración, el Centre Pompidou-Metz ha tenido el privilegio de presentar numerosas obras de la colección del Centre Pompidou. Para conmemorar esta rica asociación, esta exposición presenta obras que rara vez se han expuesto y piezas cuya presencia en la colección se desconocía, destacando la pluralidad de los movimientos artísticos a lo largo de la historia. En esta exposición se exhiben majestuosamente la extraordinaria pared del estudio de André Breton y el tablero de ajedrez de Marcel Duchamp, que recientemente se ha incorporado a la colección del Centre Pompidou.

La exposición aborda el concepto de domingo, un tema polivalente que ha llevado al colectivo de comisarios –dirigido por el artista Maurizio Cattelan– a realizar un sinfín de asociaciones, ya que el tema plantea cuestiones sociales, políticas y estéticas que recorren nuestra sociedad actual.

Entre otras cosas, aborda la división entre el tiempo libre y el tiempo de trabajo, los espacios privados y públicos, la espiritualidad, la luz y el potencial del arte para imaginar mundos alternativos u ofrecer meditaciones melancólicas.

La exposición se divide en 27 secciones que se desarrollan como un abecedario, similar al de Gilles Deleuze, y en la que cada sección lleva por título un eslogan, el verso de un poema, una novela o una canción: B por «Bats-toi» (Lucha) o Q por «Quand nous cesserons de comprendre le monde» (Cuando dejemos de comprender el mundo). La sección 27.ª lleva el nombre de una nueva letra o símbolo inventado para la exposición. A partir de este repertorio de pensamientos, las reclusas de la prisión de mujeres de la Giudecca de Venecia, han escrito textos inspirados en estos 27 títulos, que marcan el recorrido y hacen hincapié en que la transmisión artística no tiene fronteras.
Una selección de pinturas, esculturas, instalaciones y películas de la colección del Centre Pompidou dialoga con obras de Maurizio Cattelan, desde sus primeras piezas, como Stadium, un futbolín gigante, hasta sus creaciones más recientes, como Comedian o su monumental Felix. El recorrido se abre además a un campo cronológico más amplio que el de los siglos XX y XXI, a través de la presencia de Gradiva, de los Museos Vaticanos, con el fin de mostrar el poder de las fuentes de inspiración míticas antiguas para el arte moderno y contemporáneo.
La escenografía, diseñada en consonancia con las líneas arquitectónicas del Centre Pompidou-Metz, obra de Shigeru Ban y Jean de Gastines, es una creación del dúo Berger&Berger, que transforma las galerías en un cúmulo de experiencias poéticas en forma de universos para invitar a los visitantes a deambular por ellas.